como un valle
me hablás
ya no está
la ciudad incrustada en mi pecho
donde gravitaba el orgulloso dólmen
y la luz me toma de la mano surgida del centro de mi silencio
miro las cosas como fragmentos de un panal iridiscente
todo un gran acuario sonríe en mi hipotálamo como un desván
que resguarda un suspiro arbolado
y me lleva a despojarme, y verte constelada
diciendo
Francisco Garrido 8/03/2009
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